Museo Medea

Él se fue con otra mujer. Hace mucho tiempo. Ella cree que va a volver. Lo está esperando, en la casa que él compró para los dos. Su única compañera es su fiel empleada, que no se quiso ir, a pesar de que Ella ya no podía pagarle. ¿Adónde se iba a ir? Para saldar las cuentas exponen su intimidad como un museo. Ninguna de las dos puede abandonar lo que ya no existe. Un cumpleaños que no deja de suceder, el lujo decadente y la espera latente de los recuerdos del pasado que invitan un poco al delirio.